Estándares para la Certificación de Servicios de Reumatología en la Atención al Paciente con Espondiloartritis Axial

El término Espondiloartritis describe un grupo de enfermedades inflamatorias crónicas que comparten características clínicas, patogénicas, genéticas, radiológicas, epidemiológicas y de respuesta terapéutica, incluyendo la inflamación de la columna vertebral y, en algunas personas, las articulaciones periféricas. La espondiloartritis axial (EspA-ax) es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta de forma característica a las articulaciones sacroilíacas y de la columna vertebral, provocando dolor y limitación funcional.

El retraso diagnóstico en el caso de la EspA-ax impide el tratamiento en las fases iniciales, pudiendo ser responsable del agravamiento de la enfermedad, el aumento del daño estructural y de la perdida de movilidad. Esto es así por su inicio insidioso, por su baja prevalencia y por no ser bien reconocida por el médico no especialista en Reumatología y por la propia sociedad. Los pacientes con esta patología padecen de un elevado número de enfermedades concomitantes que le pueden causar importantes limitaciones en su día a día, como: uveítis, psoriasis, enfermedad inflamatoria intestinal, osteoporosis, obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, ansiedad, depresión, trastornos del sueño o fibromialgia.

Es justamente en el ambiente laboral y con los compañeros del trabajo donde los pacientes han manifestado haber notado un mayor empeoramiento de sus relaciones sociales. Además, es notable la vinculación de las bajas laborales de los pacientes con la enfermedad. En concreto, más de la mitad de los trabajadores (53,3%) manifiestan haber tenido algún tipo de absentismo aboral en los últimos 12 meses debido a la espondiloartritis. Un 87,8% de las bajas laborales temporales están relacionadas con la enfermedad y un 86,3% de los encuestados señala que la enfermedad ha supuesto una dificultad a la hora de acceder a un empleo.

Las pérdidas de productividad laboral equivalen a 3.851€ por paciente al año. El coste total anual por paciente prevalente asciende a 11.462,30€ (61,1% costes directos sanitarios; 5,3% costes indirectos y 33,6% costes indirectos atribuidos a la pérdida de productividad laboral). El hecho de tener la enfermedad repercute también directamente en la economía personal y familiar del paciente generándole un gasto extra, ya que se ha visto que es el propio paciente el que tiene que autofinanciarse el 5,7% de los costes directos y la totalidad de los costes directos no sanitarios - tratamientos, seguro privado, actividad física, fisioterapéutica, etc., lo que representa un total de 1.000€ anuales por cada paciente aproximadamente.

Criterios de certificación SpACE

Esta norma para la certificación de calidad de Servicios de Reumatología en la atención al paciente con EspA-ax, es fruto del consenso entre profesionales de diferentes disciplinas y ha sido elaborado con el propósito de establecer estándares de calidad consensuados para una óptima atención de los pacientes con EspA-ax en hospitales y unidades asistenciales del Sistema Nacional de Salud.

La Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA) ha liderado el estudio que ha dado lugar a esta Norma SpACE y es la responsable de poner en marcha el procedimiento de certificación.

La Norma para la certificación SpACE se estructuran en 14 estándares que abarcan desde la evaluación del paciente, la atención multidisciplinar, los resultados del tratamiento hasta la satisfacción y seguridad del paciente. Cada estándar contiene, a su vez, una definición operativa e indicación de la fuente donde obtener la información que alimentaría el cálculo de ese criterio.

Los estándares de calidad se dividen en tres niveles, certificado (se requiere su cumplimiento para lograr la certificación) y en avanzados y de excelencia (se requiere satisfacer la totalidad de cada nivel para lograr la certificación de calidad SpACE con el mencionado nivel de distinción).

Método de valoración

El sistema de valoración se basa en un procedimiento mixto de autoevaluación y evaluación externa. En ambos casos, la valoración será apoyada por esta plataforma online que guiará los pasos a seguir y permitirá registrar la valoración de cada estándar. La autoevaluación será efectuada por el personal del propio centro que solicita la certificación. Se estima necesario un mínimo de tres horas para llevar a cabo esta autoevaluación.

Un 79% de los criterios de certificación se evalúan mediante auditoría de una selección aleatoria de historias clínicas, los restantes a través de la existencia o no de documentación o protocolos que permita determinar el cumplimiento del criterio.

Esta norma aplica un muestreo por lotes para determinar si se cumple de forma adecuada y suficiente con los estándares de calidad establecidos. De este modo se han delimitado umbrales de aceptación o rechazo en base a un nivel de cumplimiento mínimo establecido. La principal ventaja de este método es que se evalúa un pequeño número del lote total con el fin de aceptar o rechazar en función del resultado. Para este caso se utilizarán:

  • Umbral: 80%
  • Estándar: 90%
  • Significación (α): 0.05, Intervalo de confianza al 95%
  • Error β: 0.2, Potencia del 80%

De este modo cada centro hospitalario tendrá que revisar 35 historias clínicas en total. Si el número de no aceptación para cada estándar de calidad es mayor que 6 el conjunto del lote se verá no aceptado para ese mencionado estándar. En el mismo grupo de historias clínicas se deberá de revisar los 14 estándares y se aplicará el mismo método y valoración.

Para lograr la certificación se deberá comprobar que se satisfacen, al menos, la totalidad de los estándares en el nivel de “Certificado”.

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